Cada persona vive sus experiencias de diferentes maneras. En tiempos de estrés, algunos pueden sentirse tristes, otros pueden volverse irritables, y otros experimentan tanto tristeza intensa como irritabilidad. Por ejemplo, algunos de nosotros podemos sentir temores intensos; otros pueden estar enojados y experimentar un profundo sentimiento de injusticia por los cambios en las políticas existentes. Estas y otras emociones son justificadas. No hay una sola manera “correcta” de sentir. No tengas miedo de las lágrimas. Tus lágrimas son una respuesta natural a este momento tan estresante en tu vida. Tus lágrimas son una manera saludable de expresar tus emociones. La ira es también una respuesta normal a la angustia, y algunos pueden encontrar que el sacar tus frustraciones ayuda. Observa tus emociones y experiméntalas sin juzgarlas.
Los síntomas de estrés varían entre las personas. Es importante que prestes atención y aprendas a reconocer cuáles son tus síntomas de estrés para saber cuándo puede ser un buen momento para alejarte, tomar un descanso o encontrar un lugar seguro para descansar por un momento. Aquí hay una lista de algunos síntomas comunes de estrés:
Presta atención a las cosas, personas y/o situaciones que puedan causar tus síntomas de estrés. Por ejemplo, un detonante común es ver las noticias. Aunque es importante mantenerse informado, seguir las noticias muy de cerca puede aumentar el estrés. Presta atención a cómo te hace sentir el ver las noticias. Si observas que esto te hace sentir estrés, te causa problemas para dormir, o te hace sentir enfermo/a, toma un descanso o lee las noticias en otro momento (por ejemplo, en la mañana en lugar de en la noche).
Tu eres fuerte y puedes usar tus experiencias pasadas y tu conocimiento para mantenerte fuerte. El enfocarte en tus experiencias pasadas y tus fortalezas te será útil para aprender qué es bueno y que no para mantenerte fuerte. Recuerda: (1) tener una visión positiva de ti mismo y confiar en tus instintos; (2) seguir con tu rutina normal y continuar haciendo las cosas que te gustan y que te ayudan a relajarte; (3) buscar oportunidades para aprender más sobre ti mismo mientras enfrentas este momento difícil; y (4) pasar tiempo con sus seres queridos para encontrar apoyo y fuerza.
Toma un momento para recordar las cosas que te hacen feliz. Puedes ser el beber una taza de café, leer el periódico, hablar con un amigo, o mirar fotos de tu familia. Podría ser pintar, montar tu bicicleta o una patineta, dar un paseo, disfrutar de la naturaleza o viajar en autobús. Tal vez sea escuchar tu canción favorita. ¿Cuáles son las actividades que te ayudan a sentirte renovado? ¿Digno? ¿Querido? Toma un momento para recordar lo que te hace feliz y crear espacio para estas experiencias en tu vida diaria. También, piensa en la última vez que reíste a carcajadas. ¿Te sentías bien? ¿Te sentías a gusto? Recuerda ese tiempo y piensa ¿Con quién estabas? ¿Que estabas haciendo?
El mantenerte fuerte requiere que seas flexible en la forma en la que enfrentas las situaciones estresantes o inciertas. Aprender nuevas estrategias puede ayudarte a manejar mejor el estrés. Algunas estrategias que puedes considerar incluyen: (1) encontrar maneras de expresar tus pensamientos y emociones tales como a través del arte o la escritura; (2) aprender y practicar la meditación o la relajación; (3) desarrollar tus habilidades para resolver problemas; (4) crear espacios seguros para ti y tus seres queridos; (4) tener un plan en caso de deportación; y (5) ampliar tus fuentes de apoyo social y emocional incluyendo conéctate con tu iglesia, grupos de apoyo y abogacía, y centros comunitarios.
Ya sea leve, moderado o severo, busca ayuda para aliviar el estrés. Es importante que compartas tus sentimientos y preocupaciones con alguien de confianza. Considera hablar con un terapeuta, proveedor médico, o con un miembro de tu iglesia. Los proveedores médicos, de salud mental y el clero están obligados a mantener su confidencialidad para que puedas buscar apoyo sin reservas y cuando te sea necesario.
Sabes es poder y el conocer tus derechos y dónde buscar apoyo es útil para reducir el estrés. Localiza recursos, servicios y agencias cerca de ti para que puedas buscar ayuda si lo necesitas.
Los abogados deshonestos pueden prometerte ayuda o servicios más rápidos si les pagas una cuota. Estas personas están intentando robar tu dinero. Solicita información sobre DACA de fuentes oficiales como agencias gubernamentales o el Departamento de Seguridad Nacional. Si buscas asesoría legal, escoge un abogado con licencia o un representante acreditado, evalúa sus referencias y evalúa sus credenciales. Verifica que tu abogado sea miembro de la asociación de abogados del estado. Si no lo son, no uses sus servicios. Si lo son, entonces mira su historia disciplinaria antes de contratar sus servicios.
Los doctores Adamés y Chavez-Dueñas recomiendan la acción social como una manera de encontrar apoyo y sentirse mejor. Hay estudios científicos que muestran que el apoyar a otras personas en tu comunidad con las que compartes experiencias similares te puede ayudar a no sentirte solo/a.
Tu eres parte de este país, y continuaremos luchando junto a ti. Los Latinxs indocumentados y los recipientes de DACA contribuyen diariamente a nuestras comunidades. Por ejemplo, los trabajadores indocumentados son una fuente importante de la fuerza laborar en los EE.UU. y contribuyen a la economía. Hay más de 800,000 recipientes de DACA que también contribuyen a los recursos financieros y laborales de la economía de los EE.UU. Hay esperanza, y la lucha no ha terminado.